Último tema de duelo silenciado, prometido! Tenía ganas de hablar de esto porque en la formación del otro día de terapia sistémica, el tema era la tercera edad y aunque hablamos de lo que esto suponía para las personas que lo sufren, me quedé también con el duelo que hacemos los hijos cuando vemos que nuestros padres o nuestros abuelos van perdiendo capacidades y se ven mucho más vulnerables.
Y diréis ¿por qué esto es un duelo silenciado? En parte porque mal de muchos, consuelo de tontos. Es algo tan natural, que en muchas ocasiones la pena que puede producir sentir que ya no puedes contar con ellos como antes y que ahora esa jerarquía se está invirtiendo queda en un segundo plano.
A veces en consulta a los usuarios les cuesta definir en palabras cómo ver esa fragilidad en sus padres les hace temblar la sensación de seguridad que siempre les han dado. Es difícil también para los padres que se encuentran en esa contradicción entre ejercer como tales y empezar a ser dependientes sus hijos en otros aspectos.
¡Qué difícil para todos los implicados encontrarse entre la búsqueda de autonomía y el miedo a enfrentarse a perder ciertas capacidades!
Se silencia esta pérdida de los padres que tuve y quizá ahora no pueden ser aunque sigan ahí. Se queda ahí escondida muchas veces por el propio miedo de verbalizar y tener que gestionar todo lo que supone conectar con ella.
El poder poner todo esto en orden suele ayudar a posicionarnos y a entender que en esta situación con tanto matices también van a existir emociones que nos pueden parecer contradictorias y que son totalmente válidas.
